viernes, 17 de agosto de 2012

Capítulo 19 (Blair)


Como siempre, Niall me ofrece una vía de escape. Me coge la mano y me conduce escaleras arriba, a mi habitación, que prácticamente es la suya ya también. Su presencia, tan distinta de la de Nora o Zayn, llena la habitación, ilumina cada rincón. Retuerzo un hilo de la alfombra cuando me siento en el suelo y cuando empieza a prestarme atención, tras cerrar la puerta y lavarse los dientes, estoy ya lagrimeando. Se pone de cuclillas detrás de mí, me abraza y me hace inclinarme hacia delante, con lo que diminutas gotas caen de mis ojos y forman manchas oscuras en la alfombra color crema. Sé que piensa que no puedo seguir así, pero no dice nada. Odio ponerle en esta situación, dependiendo básicamente de él. Es demasiado buena persona como para quejarse, lo cual me hace sentirme todavía más egoísta. Suenan dos golpes en la puerta y Nora entra.
-Hola -dice y eso hace que me sienta, de algún modo, enfadada con ella.
-¿Por qué ha tenido que venir? -lloriqueo.
Me da la mano en una consolación muda, y al rato nos sentamos los tres en la cama, aún abrazados
-¿Quieres hablarlo?
Niego con la cabeza. Nora y Liam habrán estado hablando de ello, y aunque una parte de mí se muere por saber qué ha dicho Zayn, la mayor parte de mí se acobarda en un rincón y tiembla ante la idea de saberlo.
-¿Segura? -no, en realidad no- cuando lo necesites sólo hazlo, ¿vale?
Exploto.
-Necesito hablar, necesito saber por qué ha venido ¿por qué tan pronto? Ahora que lo veo, tan lejos, tan fuera de él pienso en lo tantísimo que le echo de menos, en que si se acercase a mí podría caer de nuevo. No, no quiero. No puedo -se me rompe la voz y me callo.
Abrazo a Nora, no pretendo tomarla con ella y sé que lo estoy haciendo innecesariamente. Cuando bajan a cenar, me empiezo a sentir tan enferma que me niego en redondo a la idea de ver a Zayn otra vez y me quedo en mi habitación, viendo la televisión.

Estoy casi dormida cuando mi puerta se vuelve a abrir y Niall aparece con un plato con una hamburguesa en una mano, en otra una botellita de agua y la guitarra agarrada a la espalda.
-Cena con espectáculo -dice sonriente. Tiene una sonrisa preciosa y me siento mejor al instante.
Apaga la tele y se sienta en el suelo mientras yo me acomodo para evitar mancharme con el ketchup. Rasguea la guitarra y al rato consigo identificar la canción, "One time" de Justin Bieber. Me quedo literalmente a cuadros pero le dejo seguir tocando y cuando empieza a cantar, me quedo muda.Tengo que decir que Niall le da un toque increíble a la canción, la hace preciosa. Cuando acaba y me mira, tengo la hamburguesa a medio camino entre el plato y la boca y la boca abierta como si me hubiera quedado de piedra. La dejo y aplaudo. Se pone rojo y sonríe sin mirarme.
-Soy fan de Justin Bieber, te lo creas o no.
-Bueno... tiene buenas canciones, pero me gusta más como cantas tú.
-Tengo que hablar contigo -dice, mientras quita algo de polvo inexistente de la caja de resonancia de su guitarra, sin mirarme. Me pongo a la defensiva.
-¿Sobre qué?
-Ya sabes... Zayn y todo esto -ya no tengo hambre.
Le miro y sabe que soy inestable y me echaré a llorar, sin embargo, respira y me mira directamente a los ojos.
-Esta mañana no se acordaba de nada. Se ha levantado como si nada, bueno, con una resaca tremenda, claro, y se ha metido en la cocina. Lou le ha hecho el desayuno porque él casi no se podía mover.
-Niall, por favor...
-Cuando ha venido al salón ha sido peor, Liam ha apagado la tele y todos estábamos pendientes por si se acordaba de algo. ¿Y sabes qué es lo único que ha dicho?
-Niall...
-Ha preguntado por qué hoy no había dormido contigo.
-Cállate, cállate, ¡CÁLLATE!
Se queda mudo y me observa durante un rato llorar. Luego se acerca, y me seca las lágrimas con los dedos.
-¿Sabes? Es tarde y tengo sueño, vete, por favor.
Sin decir todavía ni una palabra, se va y no puedo evitar sentirme más sola ante cada paso que da, sin embargo antes de cerrar decide cambiar de idea y explota.
-¿Sabes tú? Zayn fue ayer al puerto, a esperarte. Estuvo tres horas allí solo, hasta que se dio cuenta de que no ibas a ir y volvió. Vio el barco irse y aún así siguió esperando.
-¡LÁRGATE! -chillo y da un portazo.
Tras mi grito y el portazo, toda la habitación se queda oscura y en silencio. No me molesto en seguir limpiándome las lágrimas, me da igual que estén ahí, es una especie de autotortura. Me recuerda que todo es real. Apago las luces, me siento en el banco de ventana y saco las piernas a la calle. Hace una noche preciosa de verano, con un calor aguantable y una brisca fresa que huele a mar. Oigo una risa, busco su procedencia y veo a Harry y a Alai acercándose, a paso lento, hablando y riéndose. No se tocan, Alai lleva los zapatos en una mano y toquetea el tallo de una flor con la otra. Harry carga con una toalla de playa e intuyo que será de allí de donde vendrán.
Harry le acompaña hasta la misma puerta, noto que bajan la voz y Alai comienza a ponerse nerviosa. Él agarra su barbilla y le obliga a mirarle a los ojos mientras acerca con cuidado sus caras hasta que sus labios se rozan. Cuando se separan, ella suelta una risita nerviosa. Mueve entre los dedos la flor blanca mientras observa cómo él se marcha, por el camino que sabe perfectamente que lleva hasta casa de los chicos.
Me tumbo en la cama fría, vacía, tan oscura sin él y me escondo bajo las sábanas. Pienso en las palabras de Niall, en el poco tacto que ha tenido, viéndome llorar y sabiendo que me iba a destrozar. No me había acordado de ello. Niall lo sabía.

>Flashback.
-Tengo una sorpresa para ti -me dice al oído e inmediatamente me agarro a su cuello y me pongo de puntillas para llegar a su oreja.
-No me gustan las sorpresas.
Sonríe y niega con la cabeza, se esperaba algo tan raro de mí. Me da la vuelta y me dirige de la cintura hacia el mismo centro de la pista, donde más ruido hace. Bailamos y cuando más alto está la música, me abraza.
-Un fin de semana, preciosa, tú y yo -tiene que gritar y aunque ensordece mi oído, adoro la sensación que produce su voz en exclusiva para mí.
-¿Qué? ¿Cómo?
-En barco, a una playa no muy lejos de aquí, pero estaremos los dos solos. Nos vamos mañana por la mañana. Y allí tengo preparadas más sorpresas.
-¿Huyes conmigo en serio?
Sonríe con la cabeza gacha, para poder oírme y entonces veo que habla de verdad. Que es en serio. En mi cabeza vienen cientos de imágenes del paraíso mientras me abraza. Un fin de semana solos, sin los demás. No quiero decir que no les quiera, pero me encanta la idea de disfrutar yo sola de Zayn. Entero para mí. Dos días se ven como un lujo si son así.
-Tú y yo -dice sin decir, moviendo los labios para que yo lo vea. Me acerco a su boca y me río, emocionada.
-Tú y yo -repito.
<Fin del flashback.

Mi mundo se hace añicos al acordarme. Me falta el aire, me sobra mundo. Mi propio silencio me aplasta. El dolor es como hundirse, como ser enterrado. Me ahogo con cada respiración. No hay nada a lo que agarrarse, no tiene fin, no existe ningún punto de apoyo. No puedo hacer nada más que dejarme ir. Dejarme ir. Sentir a mi alrededor el peso, cómo me aprietan los pulmones, la presión lenta, baja. (vía Pandemonium, Lauren Oliver) Creía que Niall entendía que me sintiera tan mal, pero me había olvidado de que vino aquí con Zayn. Estoy hecha un lío. Sus palabras sólo han conseguido que me sienta peor. Intento cerrar los ojos y dormirme pero la dichosa imagen vuelve a mí. No sé cómo voy a seguir. Estoy tan cansada...
Abro los ojos en el mismo momento en el que Zayn me decía que me había echado "mmmmmmmmucho" de menos y me llamaba pequeña otra vez. Las lágrimas, delatoras y frías, se deslizan a sus anchas por mis mejillas. Ya ha amanecido, pero me parece que es demasiado temprano para que haya nadie moviéndose por la casa. No quiero abandonar nunca esta cama. Zayn y yo pasamos casi un día entero en la cama, entre dormir, comer, besos y... No, Blair, ese es el camino que te llevará a la locura. Me levanto y empiezo a dar vueltas por la habitación. El corazón me late a tres mil revoluciones por minuto y no sé cómo hacer que se calle. Echo de menos a Niall, siento que me he comportado fatal con él, que le debo una disculpa pero no sé qué es lo que he hecho. Por otra parte, echo de menos a Zayn. Le echo tanto de menos que duele, duele muchísimo. Y lo peor de todo no es el dolor, lo peor es el silencio que conlleva. Mi interior grita, se desgarra constantemente y sin embargo, cuando abro los ojos, todo sigue sin ningún cambio. Es chocante cómo puedes sentirte destrozada, totalmente rota y el exterior no consigue romperse.
Abro los ojos y ya es más de mediodía, abro los ojos y Nora está subiendo de golpe mi persiana.
-Hace un día precioso -canturrea mientras me quita las sábanas de encima y arruga la nariz de forma encantadora.
-No quiero salir nunca de esta habitación.
-Oh, ya te digo yo que lo vas a hacer. Abajo hay desayuno y vamos a ir a comer a casa de los chicos.
-Vale, yo podré hacer algo comestible de tu nevera.
-Ni hablar, vas a venir y no hay más que hablar. No te voy a dejar que hagas esto.
-Yo no voy a ser capaz -le sigo escaleras abajo.
-Niall, y todas nosotras, estaremos allí.
-Nora, Niall ya no habla conmigo.
-¿Qué ha pasado?
-Me habló de... de él y yo... en fin, bueno, es posible que le gritara echándole de mi cuarto.
Pone los ojos en blanco y me ofrece una taza de chocolate frío.
Minutos después, Alai y Hannah vuelven por la puerta del jardín, cotorreando y riéndose en voz alta.
-Mira quién se ha decidido a salir de la cama ¡Te has perdido muchas cosas!
Pienso en Zayn, mi corazón se desboca, pero no es de eso de lo que me hablan.
-Ayer tuve una cita con Harry -chilla Alai de tal manera y tan rápido que parece que dice: ayertuveunacitaconHarreh. Da saltitos, pega chillidos incoherentes durante un rato hasta que, sin dejar de sonreír, vuelve a ponerse en frente de mí.
-Lo sé, os vi por la ventana -sonrío y Alai abre los ojos para luego ponerse roja- ¡No vi nada! No quería, así que cerré la ventana justo a tiempo -nos reímos.
-¿Sabes qué más? -habla Hannah- Los chicos salieron ayer a la playa y... redoble de tambores, por favor: ¡Niall consiguió el número de una chica! De una muy guapa, según Harry, de aquí, morena de tanta playa, con un acento precioso y ojos oscuros.
No puedo evitar sonreír, eso quiere decir que Niall está contento y eso
me quita un enorme peso de encima, la culpabilidad se desvanece en parte. Ando sin rumbo por el porche y me tumbo en los tablones de madera, al sol. Todo parece más claro e infinitamente más positivo de día; de noche no puedes evitar deprimirte, es lógica pura. Pienso en lo que me contó Niall, puede que sea verdad, después de todo. Es posible que Zayn no se acuerde de nada, guardo ese pensamiento positivo y la sensación que trae consigo y me centro en el calor del sol sobre mi piel. Me imagino a mí misma reconciliándome con Niall, que me hable de la chica morena, mirando a Zayn de reojo. Él me mira, claro y entonces me dice que quiere hablar conmigo, damos un paseo y... bueno, todo vuelve a la normalidad. La piel me arde en una sensación increíble y ya no consigo acordarme de Malik besando a otra. Hoy va a ser un buen día.

Cuando estamos en la puerta, me empiezan a sudar las manos. El corazón me late en la garganta y ha empezado a picarme todo el cuerpo. La puerta se abre y el corazón se me para, pero es Liam el que aparece tras ella, haciendo como si las demás no existiéramos y cogiendo a Nora en brazos, dando vueltas y dándose besos. Se me encoge el estómago al entrar, el salón está preparado ya para comer. Me invaden los recuerdos cuando me siento en una silla en el extremo izquierdo de la mesa y todos los demás se sientan por parejitas. Salvo yo, Niall y, claramente, Zayn. Intuyo las siluetas de ambos: Niall, rubio y de rojo; Zayn, sin peinar, seguramente sin afeitar, y de verde. Intento relajarme y contener las náuseas cuando Harry me sirve comida. Aún no he sido capaz de mirar ni a Niall ni a Zayn, y tengo a Niall sentado al lado.
La comida avanza y no tengo fuerzas para comer nada. Algo no va bien, algo va realmente mal. En frente de mí, Nora susurra al oído de Liam cosas que hacen que ambos sonrían como idiotas. No dejan de cuchichear, de darse besos y comportarse como niños. Se nota demasiado que apenas pueden estar sin el otro, que se han echado de menos. Miro la carne y no me molesto en servirme en el plato. Me sirvo helado, eso sí, nocciola. Avellana, claramente. Estoy a punto de establecer contacto visual con Niall para pedirle perdón y dar el primer paso hasta sentirme mejor cuando suena un móvil. Nadie se detiene a pensar de quién será, ya que si es la familia de alguien, llamar al extranjero es bastante caro; así que Liam se levanta rápidamente y contesta.
-¿Sí? -todos mantenemos el silencio, aunque yo no he hablado en la media hora que ha durado la comida.

Liam contiene la respiración y luego nos mira. Hay algo raro en la forma en que nos mira uno a uno, aunque creo que evita mi cara y cuando me mira, algo más raro aún llena su expresión.
-Es para ti, Zayn -dice y se va a sentar con Nora, que le dice algo. Sin embargo Liam le hace callar y cuando siguen pendientes de Zayn, le miro por fin.
Se ha quedado pálido y un ligerísimo susurro en el móvil nos indica que hay alguien hablando al otro lado. Se gira despacio, mira a Liam. Nadie entendemos nada, la sangre me palpita en los oídos.
-¿Quién es? -pregunta.
Más ruidos al otro lado de la línea.
-¿La chica de la discoteca? -dice en un susurro.
Ha hablado tan despacio, en voz tan baja, que creo que me lo he imaginado. Nora me toca el hombro, pero no puedo reaccionar. No puede ser posible. No puede estar pasando, otra vez no. Entonces me mira. Su mirada se clava en la mía y todo duele, pone cara de súplica y sus labios forman un "Por favor, Blair..." y entonces, salgo corriendo.
Salgo de la casa, evito la playa y sigo moviéndome. Nunca pares. Corro hasta que dejo de oír gritar a Nora detrás de mí, hasta que no puedo respirar, hasta que me duelen las costillas y las piernas y hasta que me tiemblan tanto que tengo que parar obligatoriamente. Para entonces, ya estoy llena de lágrimas y moqueando. Oigo mi nombre otra vez y me doy cuenta de que no he llegado muy lejos de la casa de los chicos, ni siquiera sirvo para eso. Unos brazos me arropan, huelen a sentirse bien así que lloro todo lo que puedo, todo lo que me apetece y posiblemente un poquito más. No sé qué hace Niall aquí, conmigo. Pero sea por lo que sea, me abraza, me mece de un lado a otro, me susurra al oído cosas sin sentido. Una y otra vez repite el mismo procedimiento: me aprieta contra él, me mueve hacia los lados despacio y me susurra. Su voz va calmándome poco a poco, sigue meciéndome cuando ya he parado de llorar y seguimos así, abrazados y sentados en medio de la calle, durante un rato más.
-Todo el mundo nos mira -dice al cabo de un rato, intentando no reírse ni subir la voz demasiado.
Se levanta con toda la dignidad de la que es capaz y me ofrece una mano, mientras me seco la cara y el cuello con la palma de la otra mano. No hablamos, no es el momento. Seguimos andando hasta que llegamos a una plaza con el suelo de piedra.
-¿Dónde estamos? -me atrevo a preguntar. Niall duda y luego sonríe.
-No tengo ni la menor idea.
Me echo a reír y seco las últimas lágrimas que han aparecido mientras caminábamos. Se sienta en un banco y me siento con él, frente a frente, de lado.
-Siento haberte gritado, Niall, no pretendía. Me puse nerviosa, no puedo oírlo, ¿vale? La sola idea... -cierro los ojos y vuelvo a recordar la llamada, me entran náuseas.
-No pasa nada, boba -silencio-. Siento lo que ha pasado.
-No ha sido culpa tuya.
Cierra los ojos y se tumba, apoyando la cabeza en mis piernas y empiezo a acariciarle el pelo.
-Anoche conocí a una chica preciosa.
-Cuéntamelo todo.
-Bueno, al principio acompañé a Harry porque me lo pidió, hasta vuestra casa, que había quedado con Alai. No quería ir a casa porque había discutido contigo y no quería que empezaran a pensar que eres algo así como una persona horrible. Así que, empecé a andar, me bañé en el mar, volví a andar y me perdí. Pero ella me encontró.
-¿No deberías haber sido tú el superhéroe en vez de ella?
Me pone mala cara y sigue.
-Me habló en inglés, y me di cuenta de que tiene un acento italiano que me encantó. Luego me fijé bien y me di cuenta de que es preciosa. Tiene la piel muy suave y morena, de estar todo el día en la playa. El pelo oscuro y rizado, pero no rizado del todo si no como, ya sabes, como medio rizado -se ríe, está nervioso-. Y los ojos muy oscuros.
-Es todo lo contrario a ti, y los polos opuestos se atraen.
Me doy cuenta de que le huele el pelo a mar.
-¿Cómo se llama?
-Niki. Me acompañó a casa, le pedí su número y a la tercera fue la vencida, me lo dió.
Ahora se sienta y yo apoyo la cabeza en su hombro mientras él se pierde en sus pensamientos. Le doy las gracias tantas veces, en mi mente y en voz alta que las palabras dejan de tener significado. No quiso volver a casa para que nadie pensara que soy mala persona, y se perdió por mi culpa. Si Niki no le hubiera encontrado, a saber dónde hubiera aparecido; nota mental: agradecérselo cuando la conozca.

Cuando calculamos que ha pasado suficiente tiempo como para que ya haya alguien en el palacio de Nora, seguimos las indicaciones de la gente a la que preguntamos y conseguimos llegar hasta la playa. A partir de ahí es más fácil, pero aún así nos cuesta una buena media hora. Con cada paso que doy, me siento menos segura. Camino pegada al costado de Niall, intentando sentirme mejor, pero no puedo. Toda la sonrisa que había conseguido en la plaza perdida se me ha pasado cuando estamos en la puerta.
-No pienses en ello, ¿vale? -dice cogiendo mi cara entre sus manos antes de irse.
-Pff... -intento no llorar-, lo intentaré.
-Promételo o no te suelto.
-Pinky promise.
Me da un beso en la mejilla y me abraza con fuerza. Se aleja caminando, se gira y grita.
-¡Voy a llamarle! ¡Quiero verla esta noche!
Alzo los pulgares en señal de aprobación y me preparo para enfrentarme a mis niñeras. Llamo a la puerta, Alai abre y me abraza al verme. Luego, me da un intento de puñetazo en el hombro.
-Tía, ¡todavía no te he contado mi cita con Harry!
Miro a Nora mientras entro en casa, está en el sofá con Liam y tiene el tobillo hinchado, recubierto con hielo y en alto.
-Hola, cuñado -digo dándole un beso a Liam y otro a Nora en la cabeza.
-No, ahora no vengas con besos -me dice.
Alai me agarra del brazo y me arrastra escaleras arriba para torturarme durante toda la noche con detalles sobre su cita con Harry mientras Nora se acurruca con Liam y me mira con cara de: "te aguantas, por haber hecho que me preocupe por ti". Además intuyo que lo del tobillo también es culpa mía, genial. Tendré que hacerle muchos gofres con fresas para que me perdone todo esto.
-Alai... tengo sueño, estoy cansada...
-No haber echado a correr -pongo mala cara y lo pilla-. Lo siento.
-No pasa nada. Niall y yo ya estamos como siempre.
Sonríe y se sienta en mi cama, cuando yo me tumbo y me preparo psicológicamente para lo que me espera.
-Cuando quieras -digo.
-No hables hasta que termine, ¿eh? Que nos conocemos.
-Vale, vale.
-Pues, a ver, después de la comida, nos quedamos solos en el sofá. Porque, no sé, de repente todos desaparecisteis. Y empezó a hacerme cosquillas y cuando me enfadé con él, porque me estaba tocando la tripa y no, no, eso no se toca, porque me da vergüenza...
-Alai, te ha visto desnuda -le recuerdo.
-¡Te he dicho que no hables! -dice, poniéndose como un tomate-. Por dónde iba... Ah, sí. Bueno, y cuando se creía que estaba enfadada me dice: "¿Quieres dar una vuelta conmigo?" y le digo yo: "¿Me estás pidiendo una cita?" y entonces me guiña el ojo y me dice que me lo tome como quiera. Y si él quiere jugar, yo más, así que le dije que se fuera a su casa y me viniera a buscar más tarde. ¡Tuve que vestirme, ducharme, prepararme, peinarme y pensar qué ponerme en tiempo récord! ¡Y sola! Bueno, prácticamente sola, gracias a Dios estaba Hannah, que tiene un estilazo... Al final me puse una camisa blanca, pero blanco de este como roto, larga y un poco ancha que tenía como transparencias, preciosa. Unos vaqueros cortos a los que les tuve que dar un par de vueltas, para que me quedaran más cortos; unas sandalias de caña con tiras cruzadas color coral oscuro, muy básicas y un borsalino normal. Iba a coger bolso pero no lo hice, además, no me dejó pagar nada. Bueno, a eso de las 8 llamó a la puerta. Abro, y le veo con una camiseta blanca ajustada al cuerpo que casi me muero, y unos pantalones normales de estos de chándal pero que son buenos, ya sabes, de esos. Y, prepárate, traía una flor blanca impresionante. Como un caballero. Por poco me muero en ese momento, Blair, ¿te lo puedes imaginar? Total, que me da la flor; me dice que estoy guapísima y nos vamos.
Un montón de imágenes, palabras y recuerdos invaden mi mente, sin embargo no dejo de sonreír, con los ojos cerrados. Todos están relacionados con Zayn, aunque he pasado mucho más tiempo con cualquier otra persona que con él. La felicidad que las palabras y la voz de Alai desprenden tal emoción que es imposible que no me haga querer reírme. Me siento dividida, así que me centro en la emoción de Alai e intento visualizar todo lo que me cuenta.

-...andando hasta el restaurante al que fuimos el primer día que vine. Todo esto sin hablar, eh, horroroso. Muy, muy incómodo. Y en el restaurante igual, pensaba que él iba a estar hablando, ya que normalmente no puede cerrar la boca, pero no. ¡Y yo no sabía qué decir! Cenamos en silencio total, y yo como dando golpes en la mesa, haciendo ruidos con los cubiertos y ninguno decíamos nada. En fin... yo estaba emparanoyándome porque era en plan: ¿nos hemos visto desnudos y no sabemos ni hablar cuando estamos a solas? Salimos del restaurante, damos un paseo, andando sin rumbo y parece que le cambia el chip de repente y empieza a hablar. A decir un millón de gilipolleces, algo sobre palomas, gatos, su hermana, una piscina, su padrastro. ¡Y no te imaginas! Me confesó que la primera semana que pasaron los cinco chicos juntos en su casa en Cheshire, se vieron desnudos para coger confianza entre ellos. Me dijo que aunque parezca raro la idea fue de Louis, que él lo había hecho toda la vida con su amigo Stan y siguen siendo mejores amigos.
Me echo a reír, muy típico de Louis, seguramente Harry habría estado de acuerdo enseguida; de alguna manera, los demás habrían aceptado y habrían obligado a Zayn a superar su timidez, convenciéndole de que era lo mejor. Dios mío, ¡no se les puede dejar solos!

-Y va, y dice que en realidad todas las broncas que hemos tenido han sido mi culpa, ¡culpa mía, dice! Qué se habrá creído el muy idiota. Y le digo que la culpa es suya, que dice siempre lo peor en el peor momento, y dice que no, y yo que sí, y él que no. Y dice que podríamos haber estado como en ese momento desde el principio si yo hubiera querido. Y yo le digo que no sea idiota, que desde el principio me tuvo manía porque sí, yo me comportaba como si fuera idiota, pero él me tenía un asco increíble... Entonces me he enfadado, claro. Mucho, estaba super cabreada y no le hablaba. Simplemente le seguía, andando, pensando que íbamos a casa; pero acabamos en la playa. Se sienta, yo sigo de pie y, finalmente, me pide que me siente con él. Me dice: "Alai, lo siento mucho, que blablablá, que no quería decir eso, que no sé qué".
Deja de hablar, traga saliva y suelta un enorme suspiro que no consigue tapar lo emocionada y sonriente que está.

-Y como es una auténtica monada, guapísimo, un cielo, un caballero y tiene los ojos tan preciosamente bonitos pues le perdoné y nos quedamos viendo el anochecer, tumbados en la arena. Y me abrazaba, y me ponía el brazo por los hombros, y yo me apoyaba en su hombro. Y, dios, joder, qué bien huele. No te lo imaginas. Me hacía mientras tanto cosquillas con los dedos en los brazos y en las piernas, se me ponía la piel de gallina, me daban escalofríos y se reía de mí. Cuando ya era de noche del todo, nos tumbamos en unas toallas que tenía y bueno, pues eso, nos quedamos ahí, viendo salir las estrellas, muy romántico todo; hablando, dándonos mimos y todas esas cosas. Me gusta cómo habla cuando está tumbado, aunque suene raro. Le sale la voz más profunda que de normal. Me trajo de vuelta a casa demasiado pronto, me acompañó hasta aquí y.... me besó en el porche.
No digo nada.
-¡Eso es todo! Blair, reacciona. ¡ME BESÓ!
-Dios mío, Alai, es muy fuerte todo -ella se ríe, histérica.
-¡Lo séeee! Ni siquiera me dio un besito en toda la noche, lo hizo como en una primera cita de verdad.
Me trago todos los recuerdos con Zayn que me vienen a la mente y no digo palabra, por mucho que me gustaría. Alai da palmas y da chillidos. Está tan histérica que se cae de la cama cuando le da un ataque de risa tonta. Me río de ella y pienso lo que ella no se atreve a decir: espero que esta vez vaya a bien.

2 comentarios:

  1. Hola guapa.
    Adoro tu historia.
    Un honor que leyeras la mia:D
    http://onedirectionnovelaa.blogspot.com.es/
    Un besazo!

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