viernes, 4 de noviembre de 2011

Capítulo 7. El beso, todo empieza otra vez


Tras el incidente de la ex novia de Liam, Nora está más inquieta que nunca. Lleva dos días sin dejar ni a Alai ni a mí hacer ninguna tarea de casa y se mantiene siempre ocupada. Hablando con su hermana, creemos que simplemente quiere distraer la mente de Liam, aunque dudamos seriamente de que lo consiga. Seguimos quedando con ellos, aunque ha pasado una semana desde que Nora y Liam fueron solos en coche a acompañar a las intrusas.
Hoy, hemos quedado para ir a comer a casa de los chicos. Parece ser que Harry se ha acordado de que Zayn les debía algo al resto de los chicos por una apuesta y discutiéndolo han llegado a la conclusión de que le toca cocinar en casa para todos los demás.
Al llegar a casa de los chicos, esa no es la única sorpresa, Louis y Niall se me acercan sonrientes y me pongo alerta al instante. Miro a Hannah, que está detrás de ellos sonriendo a modo de disculpa.
-Lo hemos echado a suertes, tienes que ayudar a Zayn a cocinar.
Miro a Hannah.
-Está bien -puede que parezca tranquila, bien, en mi cabeza he matado tres veces a Hannah. El corazón amenaza con salírseme del pecho.

En la cocina, todo parece más brillante y menos real. Cuando Zayn se mueve por ella sacando lo necesario para cocinar, mi teoría de estar soñando se vuelve más sólida.
Me apoyo en la encimera y le miro, se ha puesto un delantal y trastea sin prisa ni cuidado. Intento que me mire y sonreírle, pero nuestras miradas no se cruzan. ¿Me está evitando? Su mandíbula se tensa y mira en mi dirección, sin mirarme a la cara y me vuelvo loca. ¿Por qué no me mira? ¿Le molesta que esté aquí? ¿Le molesta que le esté mirando?
Me fijo y caigo en que lo que le falta, una cazuela, está en un armario justo detrás de mí. Le doy la espalda y lo abro.
-¿Te molesto?
Noto su suspiro al sonreír antes incluso que notar su presencia detrás. Contengo la respiración y me rodea con los abrazos, atrapa mis manos y me quita la cazuela. Me giro para que me responda y me encuentro con su cara, mucho más cerca de lo que había planeado. Tanto, que cualquier movimiento involuntario podría hacer que me besara. La idea me tienta y sin que pueda evitarlo, le miro la boca. Sus labios son tan perfectos y apetecibles que quiero morirme.
Suelto la respiración que había contenido y me doy cuenta de que su mirada está clavada en mí. Sonríe y sus labios se tuercen irresistiblemente hacia un lado y veo que, al hacerlo, apoya la lengua tras los dientes. Parpadeo y me imagino a mí misma besándole. Se me estremece el estómago sólo de pensarlo.
Desafortunadamente, se aleja de mí, me deja vacía y me da la espalda.
-Tú eres la única que no me molesta, ¿sabes hacer spaghetti? -dice todo seguido y sin cambiar el tono. Como si decirme eso fuera lo más normal. Sonrío como una idiota.
-Puedo intentarlo.
Me coloco a su lado y me lavo las manos mientras me tiende un delantal.
-Eh.. déjalo en la mesa. Ya voy.
Busco un trapo para secarme mientras Zayn me mira y suspira.
-No hay trapo.
-La mesa está ocupada.
Nuestras frases suenan a la vez y nos miramos. Se acerca a mí y antes de que adivine sus intenciones, me pasa la cuerda del delantal por la cabeza. Mantengo las manos en alto, goteando y él se coloca a mi espalda. Agarra las dos cuerdas restantes, en mi cintura, y los cruza hasta la parte delantera de mi cuerpo, pasando con cuidado sus brazos por mi cintura. Contengo la respiración por segunda vez, intento que mi corazón se calme y meto un poco de tripa. Cuando apoya la barbilla en mi hombro para hacer el nudo mi corazón deja de latir, cierro los ojos y aspiro el olor de su pelo.
Me seco por fin las manos en el delantal cuando me abandona, le miro, me mira y sonríe.
-Puede que haga caso a tu delantal -su sonrisa se hace más grande cuando ve que no le entiendo-. Me encanta cocinar así.
Me miro el delantal y veo las letras que hay en él, grandes, rojas: "¡Besa a la cocinera!"
Me da instrucciones y empiezo a hervir agua mientras él pone los ingredientes para la salsa boloñesa sobre la mesa. No sé por qué verle cocinar me parece tan sexy. Sonrío y le miro el culo sin reparos mientras el agua se calienta rápidamente. No me mira y está concentrado en lo que hace, así que me fijo en todo él: su cuello, su pelo, la línea de la mandíbula, los hombros cuadrados.
-Blair, el agua hierve -dice sin mirarme-. Y te echaré la culpa si algo sale mal.
-Muy amable, Malik.
Echo los spaghettis al agua mientras me sonrojo.
Se acerca a mi lado y chasquea la lengua.
-Así no, si los revuelves tan fuerte, se van a pegar. Y los chicos son de boca fina. Sobre todo Niall.
Se pone detrás de mí y apoya sus manos sobre las mías, una en la cuchara, otra en el asa de la cazuela y me enseña a manejarlo a su manera. Acerca la boca a la oreja y me susurra.
-Tienes que tratarlos con amor -me susurra, poniéndome la piel de gallina-. Me lo explicó mi madre.
Sonrío de lo tierno que suena hablando de su madre.
-Esto ya está -dice tras separarse de mí-. Sólo hay que dejarlos hacerse y hacer la salsa.
-¿Puedo ayudarte? Intentaré no estropear nada.
Se encoge de hombros y me hace un pequeño movimiento de cabeza para que me acerque a su lado. Me manda volver a poner agua a hervir y pelar zanahorias. No le replico.
-¿Esto no debería hacerlo Louis?
Se ríe y me mira.
-Todos en el grupo tenemos obsesiones -confiesa.
-Cuéntame.
-Tú preguntas, yo contesto y al revés, ¿hace?
-Hecho.
Termina de pelar y picar todo y pone aceite en una sartén caliente, a mi lado.
-¿Cuál es tu obsesión?
-El espejo. No me gusta que mi pelo esté fuera de lugar.
Añade carne y sal y empieza a saltearlo. Me pide que pele tomates y los corte junto con la zanahoria mientras seguimos haciéndonos preguntas sobre cualquier cosa.
Hablamos sobre nuestras familias, sus hermanos, nuestros amigos, locuras, música y mil cosas más. Tenemos mucho en común y estoy contenta de que hable conmigo. Parecía que nunca iba a confiar en mí, y por lo que sé no suele ir contando todo lo que me está contando a mí.
Ahora me habla de que le encantaría saber cocinar mejor y que adora las citas románticas. Le cuento que a mí también, pero que mis exnovios son todos unos idiotas y que nunca he tenido una en condiciones.
-Yo sí he tenido, y te digo yo que si no es con la persona adecuada no sirve de nada.
Nos reímos y busca mi ojos, le miro y sé que quiere preguntarme por mis exnovios, paseo la mirada por la cocina y le evito.
-¿No quieres hablarlo? Pásame las zanahorias y el tomate.
Me siento en una de las sillas y le miro mientras echa todo a la sartén y a la vez prepara otra vez el agua hirviendo para la pasta, ya que la mía está inservible. Cuando termina, se sienta en otra silla, apoya el codo en la mesa, la barbilla en la mano y me mira.
-No quiero.
Nos miramos durante largo rato, su mirada me hace temblar y sé que no quiero hablar de ello. Busco distracción y enciendo la radio. Empieza a sonar una canción con mucho ritmo, de esas que se bailan en fiestas típicas de pueblo y no puedo evitar sonreír al imaginarme a todos los chicos bailando aquello. Zayn se levanta y me tiende la mano.
-¿Bailas?
-Por supuesto que no -contesto, pero le doy la mano. Sonríe y me levanta.
Pone morros de pato y sin soltarme la mano, empezamos a bailar.
Tras la primera canción viene una segunda y una tercera y no quiero apartarme de él. Su mano roza la parte baja de mi espalda manteniéndome cerca de su cuerpo, mi mano acaricia su hombro. Mi cuerpo quiere pegarse al suyo, quiere abrazarle, tocarle, sentir cada línea. Su otra mano agarra firmemente la mía y me dirige en un baile torpe en el pequeño espacio de la cocina. Ambos sonreímos y la música cambia por cuarta vez. Bailamos hasta que la salsa está terminada y lista para echarla a los spaghettis y comer. Estoy de tan buen humor, que mientras Zayn prepara distintos platos, me acerco por detrás, le agarro la cintura y apoyo la cabeza en su hombro para ver qué hace.
-Esto huele muy bien, me muero de hambre.
-Ha sido el baile.
-¡Estoy segura! Pero bailas fatal, que lo sepas.
-¿Quieres probar la salsa? -se ríe de mi comentario.
Abro la boca sin moverme mientras coge con una cuchara un poco de salsa boloñesa, lo sopla para que no me queme la boca y me lo ofrece. Lo saboreo. Está riquísimo.
-Está increíble, Zayn. Deberías cocinar más.
Se ríe, y me agarra los brazos para ponerme delante suyo. No le suelto la cintura y él me acaricia el pelo con media sonrisa tierna.
-Tienes..
Se toca el labio y yo toco el mío, tengo salsa rojiza. Me meto el dedo a la boca y me siento como una niña pequeña. Cojo de nuevo la cuchara y le ofrezco salsa a él, le mancho a propósito toda la boca.
-No vale la venganza.
Me atrapa contra él sin dejarme mover los brazos, me empieza a hacer cosquillas y apoya su mejilla contra la mía.
-Eres mala, eh.
-Y lo que te gusta.
-No lo sabes tú bien.
-Vale, vale. Siento haberte manchado.
-Limpíame.
Alcanzo un trozo de papel de cocina y le limpio con cuidado los labios, cuando termino, se pasa la lengua por ellos.
-Mucho mejor.
Me fijo en que aún tiene un poco en el labio superior mientras me vuelve a hacercar a él, agarrándome por la cintura.
Me fijo en que aún tiene un poco en el labio superior mientras me vuelve a acercar a él, agarrándome por la cintura. Sonrío al suelo y subo la mirada, notando cómo me hierve la sangre en las mejillas. Le miro, sus ojos miran los míos y mi boca. Mi tripa está pegada a su abdomen y mis brazos siguen descansando en su cuello, acariciándole el pelo, mientras las suyas están en mi cintura, manteniéndome pegada a él. Sé que no se atreve a acercar su cara a la mía, pero quiere hacerlo. Y yo también.
Levanto la cabeza y me acerco muy lentamente a su cara mientras él me mira y mis manos en su cuello le acercan también. Cuando tengo sus labios a un segundo de los míos, relajo los brazos y dudo. Él no se ha movido para acercarse pero tampoco para alejarse. Nuestros labios se rozan pero no están juntos y yo sigo dudando en acercarme o no. Zayn sonríe poniendo la lengua entre los dientes y no puedo evitarlo ya. Apoyo mi boca en la suya y le noto suspirar.

En la comida, estoy más animada que nunca, charlo sin parar con Alai y gritamos como locas, no puedo dejar de sonreír y de intercambiar miradas y sonrisas cómplices con Zayn. Tengo a la derecha a Alai, que no hace más que hablar más y más rápido, como yo, y a mi izquierda a Niall, que devora los spaghettis sin saber la historia que hay detrás. Zayn se ha sentado oportunamente delante mío y me mira cuando se tiene que limpiar la salsa boloñesa de la boca.
-Eh, Blair -Alai susurra por primera vez en todo el día, a mi oído-, Zayn no hace más que mirarte.
-Y yo a él, ¿a que es perfecto?
Me río como una tonta y me mira, intentando saber qué le oculto. Le evito y limpio a Niall como si fuera su madre. Me agarra un brazo y me obliga a mirarle.
-Ha pasado algo mientras cocinabais -no es una pregunta, me mira a los ojos e intento no sonreír. Las pupilas se le dilatan al llegar a una conclusión-, ¿os habéis besado?
-Por supuesto que no -digo sonriendo y mintiendo fatal.
Alai abre la boca de sorpresa y me apresuro a ponerle la mano en la boca antes de que chille y mirarle seriamente a los ojos.
-Ni una palabra. Ni una, Alai, en serio. Ni siquiera a Nora, déjame a mí, necesito saber qué va a pasar o qué pasa. ¿Entendido?
Asiente con la cabeza y destapo su boca despacio. Se le pasa la sorpresa y me da un enorme beso en la mejilla, agarrándome la otra mejilla con una mano, casi haciéndome daño pero sin permitirme dejar de sonreír.

-Bueno -dice Liam-, os toca a las chicas recoger la mesa.
Antes de que Nora le replique y empiecen a pelearse como dos tortolitos, los demás chicos le toman la palabra y corren hacia el sofá.
-Pero yo he cocinado, joder -me quejo medio en broma.
Zayn se acerca, me agarra por la cintura con una mano y me da un beso en la mejilla, demasiado cerca de la boca para ser un beso normal, y me sonríe como disculpándose antes de seguir a sus compañeros de grupo.
Hannah, Nora y una sonriente Alai me miran.
-¿Puedo decirlo ya?
-¿Qué ha sido eso?
-Qué bonitos.
-¿Decir qué?
-¿Alai? ¿Decir qué? ¿Blair?
-Por dios, voy a volverme loca. ¿Puedo, puedo, pueeeeeeeeeedo?
Mis tres mejores amigas no dejan de hacer preguntas y creo que voy a volverme loca, me giro para empezar a recoger, cosa que ellas no hacen y dar por zanjado el tema y oigo que Alai cuchichea.
-¿OS HABÉIS BESADO? -Nora parece a punto de empezar a pegar saltos y se lanza contra mí, abrazándome.
Me río y perdono mentalmente a Alai, a pesar de haberse chivado. Sé que Nora se seguía sintiendo culpable por el incidente con los pijos y esto mejora todo al cien por cien. Le abrazo con fuerza y me dejo cuidar por sus palabras entremezcladas que suenan a algo así como "contenta" "vosotros" "pareja" "Zayn" y seguramente "te quiero".
Hannah me obliga a quedarme mirando mientras ellas tres recogen todo en tiempo récord y se ponen de acuerdo para hacer una visita rápida al salón y subir a la habitación de Hannah para hacerme hablar sobre el tema "Z", según ellas. No me piden mi opinión.
Andamos por el pasillo en fila india, con Hannah a la cabeza y Alai y Nora detrás de mí, para evitar que pueda huir. Como si tuviera a dónde. Hannah se para en seco, y nos hace un gesto para que escuchemos y no digamos una palabra. Estamos al lado de la puerta del salón, donde el sofá nos da la espalda y por lo tanto ellos no pueden vernos.
-Le he besado -oigo admitir a Zayn
Su tono es contenido, como siempre. En el salón se instala un silencio que Niall rompe con una carcajada, a la que le siguen Louis y Harry.
-Ya era hora, tío.
Asomo la cabeza al salón y veo que Zayn se ha puesto de pie, sonríe de medio lado y tiene a Liam abrazándole mientras los demás hablan entre sí sin parar. Veo que Louis echa una mirada a la puerta y nos ve a las cuatro. Hannah le devuelve la mirada, él mueve un poco la cabeza riéndose y le guiña un ojo.
-No va a decir nada -nos aclara Hannah, sonriente.
Admiro secretamente lo bien que se entienden Hannah y Louis, parecen simplemente echos el uno para el otro. Cuando están juntos, parece que el tiempo se detiene, y sólo están ellos dos. Suspiro.
-¿Y qué vas a hacer? -pregunta Harry.
-¿Cómo ha sido? -pregunta Louis poniendo cara de pervertido y provocando que los demás se rían. Niall se sienta al lado de Zayn y le mira.
Veo que Zayn suspira y sonríe. No puedo evitar sonreír.
-Le gusta -dice Liam.
-Bueno... no sé, la verdad. Tiene algo que, pff, me vuelve loco.
-Eso es que sí.
Noto que se empieza a agobiar, se ha vuelto a sentar en el sofá, mirando al suelo, con una sonrisa de medio lado y los demás están todo el rato pendientes de él.
-¿Quieres que le diga a Hannah que investigue? A ella no le importa, ya lo sabes -ofrece Louis.
Niall y Louis se levantan y se dirigen a la puerta, donde estamos. Andamos hasta la parte baja de las escaleras. Cuando Louis llega, él y Hannah se abrazan con fuerza y sus labios se rozan por un segundo. Niall nos mira.
-¿Estabais espiando?
-Claro que no -se defiende Alai, y yo me río.
Me acerco a él y le abrazo. Suspira y me revuelve el pelo. Louis y Hannah se separan y subimos las escaleras, encerrándonos en la segunda puerta a la izquierda.
Me siento en la cama y Alai, Nora y Hannah, me rodean.
-Habla.
-Estábamos cocinando, empezamos a hacer el tonto, mientras probábamos la salsa boloñesa y bueno, me tenía agarrada de la cintura y yo le agarraba a él del cuello. Y tenía salsa boloñesa en el labio, y la boca abierta y estábamos muy cerca.
-¿Eso es todo?
-Sí.
-Queremos detalles, no muchos, pero tampoco la versión oficial.
-Estábamos muy cerca, muchísimo, me daba su aliento en la cara. Huele a menta. Y no sé, me miraba a los ojos, ¿sabes? No todo el mundo a esa distancia te mira a los ojos -sonrío-. Tiene las pestañas muchísimo más largas de lo que ya parecen. Yo estaba apoyada en la encimera y él estaba muy cerca de mí, teníamos el cuerpo pegado el uno al otro y cada vez que respiraba, lo notaba en mis propios huesos. Se me ha quedado su olor en la nariz, no consigo olvidarme de él. Huele a, ya sabes, a hombre, a puro cielo.
-Louis huele como a canela, no sé, tiene un toque a canela -dice Hannah, y cuando le miramos, se sonroja.
Me río y Nora me sigue, haciendo que Hannah se sonroje más aún.
-Pues yo creo que Liam huele a bebé -dice Alai cuando termina de reírse-. No sé, tiene pinta de niño pequeño, muy dulce, seguro que huele a bebé.
A lo que huele en la habitación es a problemas, Nora mira muy mal a Alai.
-Harry huele a vainilla, y el pelo le huele a champú de frutas -dice Nora, sin apartar la vista de Alai.
Se miran la una a la otra, Alai no ha dicho lo de Liam con mala intención, pero al oír el nombre de Harry, se tensa y mira mal a su hermana.
-Me apetece ver una película -interviene Hannah, le miro y se lo agradezco mentalmente.
-Podemos ir al cine -propongo.
-Es domingo, el cine de la ciudad está lejos y hoy cierra -contesta Nora.
-Pero si es verano...
-Podríamos usar el cine del sótano, aunque yo no sé utilizarlo, ¿y tú, Nora?
-Yo sí, no es muy difícil, aunque esté en italiano.
-Por eso no sé utilizarlo -se ríe Alai.
Bajamos al salón, los chicos pausan la Wii y les miramos.
-Hemos pensado en ver una película -digo sentándome entre Niall y Hazza.
-¿El cine abre los domingos? -pregunta Louis.
-En realidad no.
Hannah le mira y él abre los brazos para que se siente encima suyo.
-Parece ser que aquí las pijas de turno tienen un cine en su sótano -contesto.
Liam, Niall y Harry pegan un grito y aplauden mientras Zayn abre la boca de sorpresa y Louis abraza con fuerza a Hannah.
-¿Hay sección de parejitas? -pregunta.
-No, osea que nada de arrumacos, si queréis hacer manitas, ya sabéis donde están las habitaciones -contesta Alai.
-A la orden sargento -le contesta Hannah con un tono divertido.
Cambiamos de casa y por el camino, Zayn me agarra de la cintura y pega su boca a mi oído.
-Te sentarás conmigo, ¿no?
-Había pensado en sentarme con Niall.
-Prefieres estar conmigo -me doy por vencida cuando me aprieta más fuerte contra él.
-También es verdad.
Alai y Liam se ofrecen a hacer palomitas y preparar fuentes inmensas de comida mientras Nora y Harry bajan a preparar la sala y los demás buscamos cojines, mantas y almohadas por toda la casa.
Estoy cogiendo una manta que hay en el sofá, cuando Zayn me vuelve a agarrar y nos tumba a los dos en el sofá, quedándose encima mío. Sonríe y roza su nariz con la mía.
-¿Enserio prefieres sentarte con Niall que conmigo?
-Zayn... -me río y le devuelvo la mirada-. No me hagas esto, hay que ir al sótano, vamos a ver una película.
-No quiero -pone un brazo a cada lado de mi cabeza y mantiene su nariz rozando la mía-. Es más, prefiero estar aquí.
-Vamos... -vuelvo a intentar que me deje irme, pero sin moverme realmente.
-¡Oh, venga! Luego os quejaréis de mí y de Hannah, ¡moved el culo! -Louis se tumba encima de Zayn, y por consiguiente, encima mío, haciendo que me queje por el peso.
-Ya habéis oído a Alai, nada de hacer manitas y mucho menos en el sofá. Blair, tienes habitación propia, enséñasela a Zayn.
-Nada de manitas en público -canturrea Niall y se pone de cuclillas al lado de mi cabeza, donde los brazos de Zayn siguen en tensión para que yo no tenga que soportar el peso de Louis-, ¿me das la manta que está bajo tu trasero?
-No le mires el culo, Niall -le amenaza Zayn, provocando que su amigo se ría.
Louis se levanta y consigo quitarme de debajo de Zayn, cayéndome al suelo desde el sofá y dejándole tumbado solo en el sofá. Me mira.
-Me siento solo -no puedo evitar reírme.
-¿Bajamos ya, Blair?
-Claro.
Cojo el único cojín que no ha cogido nadie y me acerco a la espalda de Niall, que se ríe y me dice que me suba. Omito el comentario sobre mi sobrepeso y salto en su espalda, agarrandome fuerte a su cuello.
-¡Pero no me ahogues!
Le tiro el cojín a Zayn, que viene detrás nuestro con lentitud y me agarro bien a Niall, que baja las escaleras con cuidado para no tirarnos a los dos.
Cuando llegamos, Nora y Harry ya están sentados uno al lado del otro, Nora apoya sus piernas en alto sobre las de él, y tienen el mando entre los dos. Al segundo baja Liam con tres fuentes: doritos, frutos secos y alitas de pollo y Alai, con palomitas, gominolas y bebidas varias. Lo dejan todo en la mesa y Alai se acerca a mí.
-Tengo que hablar contigo.
-¿Tiene que ser ahora?
-Por favor, es importante.
Suspiro y volvemos a subir las escaleras para sentarnos en el suelo del pasillo.
-Mientras hacíamos comida, he hablado con Liam.
-Era de esperar.
-Sobre el otro día, cuando apareció la ex y las amigas.
Empiezo a prestar atención.
-Me ha dicho que Nora apenas le mira ni le habla desde entonces.
-Explícate -le ordeno.
-Liam dice que se siente fatal, que la echa de menos. Dice que si él se acerca y le da un beso o le abraza o le agarra un poco la cintura, ella no se quita pero está tensa y parece que quiere huir todo el rato. Liam tiene miedo de perder 'su amistad'.
Al hacer las comillas con las manos, pone los ojos en blanco y las dos nos reímos fuertemente.
-¿Y tú que le has dicho?
-Que voy a hablar con ella después de la película y que luego le contaré lo que averigüe.
-No es mala idea. Bien, ¿bajamos? Igual la oscuridad hace milagros.
Bajamos al sótano y miro la pantalla del proyector.
-¿Toy Story? ¿Vamos a ver Toy Story?
Me siento al lado de Alai y me apoyo en Zayn, que me rodea con sus brazos. La película empieza y a cada minuto me acuerdo más y más de cuando era pequeña. Cuando llega Buzz Lightyear a la casa de Andy, me acuerdo de que Nora me dijo que Toy Story es una de sus películas favoritas. La veo tensa entre Harry y Liam y ni me preocupo, sé que Liam lo arreglará él solito todo.
Estoy pensando en eso cuando noto que alguien me muerde la oreja.
Suelto una risita boba y me retuerzo para apoyar la cabeza en su hombro y que no me muerda.
-¿Qué haces? No me muerdas -le miro con cariño.
-Es que me aburro. Y tengo ganas de ti.
-¿De mí?
-De morderte.
-Me gusta la película, déjame verla.
-Yo ya la he visto.
-Y yo, pero me hace ilusión.
-Joder...
Me vuelve a colocar en la posición de antes, estando mi espalda apoyada en su pecho y él rodeándome con los brazos y empieza a rozar con la punta de la nariz mi cuello. Se me pone la piel de gallina y noto su risita en la piel.
-Por favor... quiero enterarme de algo.
-No te he mordido.
Gruño y vuelvo a intentar centrarme en la película mientras él sigue con la nariz en mi cuello, rozándome la piel, viéndola ponerse de gallina y cuando vuelve a la normalidad, rozándola otra vez.
Buzz y Woody ya están en casa del vecino malvado de Andy cuando Zayn apoya la boca en mi cuello y empieza a recorrerlo milímetro a milímetro desde donde se junta con el hombro hasta detrás de la oreja dándome pequeños besos y mordiscos.
Echo la cabeza hacia atrás y le miro. Me devuelve la mirada y medio sonrie, consciente de que yo quería ver la película pero le prefiero a él. Me giro para ponerme de lado entre sus brazos. Apoya su frente en mi cabeza y suspira, dejándome el olor de su aliento entre las pestañas. Levanto la mano y empiezo a acariciarle la mejilla, los párpados, los labios.
Abre la boca y me muerde ligeramente la mano, con cariño.
-¿No vas a dejar de morderme nunca? -sonríe entre la oscuridad de mi pelo.
-Es que hueles tan bien.
Paso un brazo por su cuello y le atraigo hacia mí. Miro su boca y él sonríe. Pego mis labios a los suyos y le muerdo el labio inferior.
-Tíos, en serio. Parad ya. Os lo he dicho ya: hay habitaciones arriba -miro a Alai, que me mira fastidiada y me separo de Zayn-. Estamos viendo una película.
-Déjales, no hacen ruido y, por lo tanto, no molestan. No te quejes tanto, niña rica.
-A mí sí que me molesta, tú no les tienes al lado.
-Les tengo detrás y no hacen nada de ruido, ni siquiera al hablar. Así que cállate tú y déjanos ver la película.
Miro aterrada la discusión que están teniendo en un volumen cada vez más alto Alai y Harry. Veo a Nora hablar en voz baja con Liam y pausar la película a la vez que Harry grita la última frase de la discusión, Alai se levanta y sube corriendo las escaleras, seguida de cerca por Nora llamándola.
Harry se enfurruña y Louis corre a sentarse a su lado para hablar con él, seguido de los demás chicos mientras Hannah y yo subimos las escaleras en busca de las hermanas.
-¿Crees que ella estará bien? -me pregunta.
-Creo que Harry se ha pasado mucho, pero también es verdad que Zayn yo podríamos haber parado...
-Bueno, tú no te sientas mal, no pasa nada. De todas maneras, aunque a Alai le molestara, Harry no debería haberle contestado así, ¿sabes? Y eso que siempre se queja de Louis y de mí.
-Pero eso es por celos, porque le quitas a su marido.
Las dos nos reímos.

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