sábado, 29 de octubre de 2011

Capítulo cinco. Invitada sorpresa (Blair)

Cuando cuelgo el fijo y enciendo la tele, Nora baja por fin de su habitación y empieza a preparar café.
-¿Me haces un capuccino? -digo mientras me doy la vuelta en el sofá y le pongo ojitos.
-Qué suerte tienes de tenerme, ¿no podías hacértelo tú?
-Estaba en ello cuando ha llamado tu querido Liam.
Tocada y hundida, Nora se calla y me trae un capuccino frío con caramelo, como a mí me gusta. Se sienta a mi lado con la taza en las manos y vemos Bob Esponja en italiano. No me entero de nada, pero es más gracioso así, el acento italiano me encanta.
-¿Hemos quedado con Liam? -pregunta Nora cuando cree que me he olvidado del asunto.
Me río mentalmente pero permanezco seria.
-No hemos quedado con Liam -Nora deja de controlarse y se gira para mirarme.
-¿Qué?
No puedo evitarlo, tiene cara de preocupación y parece querer matarme, así que me echo a reír. Lo que le molesta aún más.
-¡Es broma! -se relaja y me pega en el brazo no muy fuerte, cruzándose de brazos-. Sí que hemos quedado con ellos, vendrán a comer, pero Hannah vendrá antes porque se ha ofrecido a ayudarnos.
-¿A qué hora?
Miro la hora en la televisión con tranquilidad, haciéndola estresarse.
-Son las 11 y media... a las dos o las tres estarán ellos aquí, y Hannah a las 12, supongo.
-Genial -dice levantándose, recogiendo las tazas de la mesa para después dirigirse a las escaleras.
-¡Voy a ducharme! ¡No le abras a nadie!
-¡Sí, mamá!
Estoy viendo la MTV italiana cuando llaman a la puerta.
-¡ABRE, BLAIR!
Muy bien, Nora, siempre tan bipolar. Me río y abro la puerta, esperando a Hannah.
-¿Quién eres? -me pregunta la chica que está en el umbral.
Es gracioso que me haga esa pregunta, ya que soy yo la que está dentro de la casa. La chica lleva una pequeña maleta de mano y me mira con unos enormes ojos azules adornados por unas pestañas largas y negras. Lleva un sombrero de paja en la cabeza, de esos que se consideran tan vintage en Italia, y un vestido de corte elegante de un rosa pálido que destaca su piel clara. De corte a la misma altura que el vestido, lleva una americana fina de verano y un bolso del mismo color que sus tacones.
-¿Quién eres tú? -le digo mirando la bolsa de mano de Louis Vuitton.
-Soy Alai. ¿Y tú eres...?
Algo en la expresión molesta de su cara me recuerda a alguien, pero no consigo saber a quién. Segundos después, la respuesta baja por las escaleras con el pelo mojado y ropa de estar en casa.
-¿¡Alai!?
Ahora lo entiendo, Nora y Alai comparten exactamente el mismo gesto de molestia y asco en la cara al mirarse. Vale, creo que me acuerdo que Nora dijo algo de una hermana pequeña con la que no se lleva bien.
Alai quita de su camino a Nora y sube las escaleras hasta su habitación. A Nora parecen haberle caído diez años encima de golpe y yo agradezco seriamente no haberme instalado en la habitación de la réplica de Paris Hilton.
Voy a cerrar la puerta y Hannah entra con una sonrisa.
-Ya pensaba que me ibas a cerrar la puerta en las narices.
-Casi -me río y vamos a buscar a Nora a la cocina, donde está sentada mirando fijamente un bote de nutella.
-¿Qué pasa? -nos pregunta Hannah cogiendo una cucharada de nocilla.
-Parece ser que vamos a tener que compartir la casa con la hermana pequeña de Nora.
-¿Por eso las caras tan serias? Chicas, esta casa tiene habitaciones suficientes.
-No es eso. Alai y yo no nos parecemos en nada. Ella sigue siendo la niña de papá y a pesar de tener ya los 16 bien cumplidos es incapaz de madurar. Sigue creyendo que la tarjeta de mi padre le arreglará cualquier problema.
Sin que nadie le responda, Hannah nos pone en orden e intentamos cocinar algo. A mí me toca el postre, Nora hará la lasaña y Hannah nos ayudará, hará bechameles, salsas y ensalada.
En esas estábamos, casi cubiertas de los pies a cabeza de harina cuando Alai baja ruidosamente hasta la cocina y se quita las gafas de sol para mirarnos de arriba abajo a las tres.
-¿Te quieres quedar a comer? -le pregunto intentando ser amable-. Estamos haciendo lasaña y brownies de chocolate al estilo siciliano.
Me mira como si estuviera loca.
-Me voy a comer a la mansión de Luca -dice-. No me esperes despierta.
-Alai, acabas de llegar, ¿no sería mejor que por hoy te quedaras en casa?
-Nora, si no te da la gana relacionarte con tus amigos de siempre, no es mi problema. Yo no voy a dejar de hacerlo. Ahora si no os importa, y aunque os importe, me marcho. Volveré tarde -repite.

Después de comer y de los halagos por la comida, los chicos recogen y todos nos retiramos al salón a pasar el rato. Nora ha pasado toda la comida sin apenas probar bocado y ahora se ha tirado en el sofá al lado de Liam, que se da cuenta enseguida de que tiene la mente en otro lugar. Él le pasa el brazo por encima de los hombros, la atrae hacia su cuerpo y Nora apoya la cabeza en el hombro de Liam.
-¿Qué te pasa? Hoy estás muy rarita.
-Mi hermana pequeña ha venido a pasar el verano.
-¿Eso es malo? -pregunta inocentemente Louis.
Nora suspira como si fuera a echarse a llorar y esconde la cara en el hombro de Liam, que le abraza y mira mal a Louis.
-¿Qué he dicho?
-Nora y su hermana no se llevan bien -le explica Hannah-, Nora siempre tiene que andar detrás de ella porque es algo inmadura.

Alguien cambia de conversación y todo se relaja, incluso Nora, aunque con el cuento sigue abrazada a Liam, que la mira de vez en cuando y sonríe como si no hubiera nadie mirándole.
-¿Y si jugamos a algo? -pregunta Lou acariciándole el pelo a Hannah, que está medio dormida con la cabeza apoyada en su regazo.
-¿Qué os parece una ronda de atrevimiento o verdad?
-Niall, esto no es 'Chicas malas'.
-A mí me gusta la idea -digo llevándole la contraria a Liam.
-¿Todos, entonces? -pregunta Harry sonriente.
Todos asentimos, incluso Liam, que vuelve a mirar a Nora para comprobar si se ha dormido.
-La idea es mía, ¡yo empiezo!
Me río ante el entusiasmo tan infantil de Niall y me doy cuenta de que Zayn aún no ha dicho ni una palabra, pero permanece atento a su amigo.
-Blair -genial, me esperaba la primera pregunta -¿a cuál de nosotros besarías ahora mismo?
-A Zayn -digo rápidamente.
Demasiado rápidamente, todos empiezan a reírse y a mirarnos a los dos con interés. Zayn sigue sin decir una palabra, pero sonríe visiblemente incómodo. Me río para quitarle importancia al asunto y me encojo de hombros.
-Creo que Zayn está de acuerdo -dice Liam entre risas y el aludido le mira con cara de asco.
-¿Besarías a Nora, Liam?
El chico se pone rojo y la mira, dormida entre sus brazos.
-No sé. ¿Un buen beso con Hannah o una cita con Blair, Harry?
-¡Una cita con Blair! Iríamos a la playa -me guiña un ojo y nos reímos-. Hannah es la novia de mi babycakes.
Louis se ríe y le lanza un beso, que Harry hace como que atrapa en el aire.
-No vale contestar `no sé`, Liam. Blair y Hazza han contestado sinceramente. Es más, Blair lo tenía muy claro...
Vuelven a reírse y miro mal a Niall.
-Ya vale, ¿no? -digo haciéndome la enfadada mientras todos volvemos a mirar a Liam.
-Venga, Liam, dilo ya. Me pica la curiosidad y no puedo dormir a gusto -dice Hannah abriendo los ojos y sonriendo a Louis-. Además Nora está dormida, no se entera.
En el momento que Liam abre la boca y se sonroja. La puerta principal se abre y se cierra de un portazo que hace temblar las paredes. Nora abre los ojos de golpe, Hannah se levanta y todos miramos a una cabreada Alai que aparece por la puerta y se acerca peligrosamente hacia nosotros.
Mira a Nora e ignora que haya más gente delante.
-¡¿Se puede saber de qué vas?!
Todos nos quedamos de piedra y nos miramos entre nosotros mientras Nora se levanta y se enfrenta a su hermana.
-¿Qué dices?
Alai la mira con odio y explota.
-¿Siempre tienes que ser el jodido centro de atención, Nora? ¿Tienes que ir siempre jodiéndome, TODO lo que hago?
-Pero ¿de qué hablas?
-¡Del numerito que montaste en la fiesta de hace dos semanas! TODOS mis amigos estaban allí, Nora. TODOS.
-Alai, la tiraron a la piscina. ¡Sabes que eso no está bien!
-Ya, claro. Eres un pelín hipócrita, ¿no crees? ¿A cuántas les has hecho tú lo mismo porque no encajan en tus fiestas? Por tú culpa me la he cargado yo. Mi vestido nuevo está empapado de vodka y martini, y ya me han avisado de que será mejor que vuelva a casa y no me acerque a las siguientes fiestas.
Todos estamos de piedra, Alai grita a Nora, que está pálida y parece a punto de echarse a llorar.
Alai traga saliva y llora de pura rabia. Harry se levanta y se acerca a Nora.
-Eh, ¿Alai, verdad? Tranquilízate, Nora no tiene la culpa. Blair es su amig....
Alai le señala con un dedo y le mira amenazadoramente.
-Tú no te metas. Y mucho menos si es para defender a la puta esta -mira a Nora, que se aguanta las lágrimas mientras la mira-. Espero que estés contenta -añade subiendo las escaleras.
Nora se echa a llorar definitivamente pero ni se mueve. Harry va a abrazarla pero Liam se le adelanta y la estrecha entre sus brazos con fuerza mientras le susurra cosas al oído.

Pasa el rato y Nora se tranquiliza con los mimos de Liam, que sólo me deja a mí acercarme a Nora para darle palabras de consuelo. No para de repetirse que todo es culpa suya, y yo me empiezo a hartar. Nora no tiene la culpa de nada, es más, es demasiado buena persona, ese es su único problema, que todo el mundo cree que puede pasar por encima de ella.
Cuando creo que nadie me mira, me voy del salón y subo las escaleras despacio para no hacer ruido. Llamo a la puerta y sin esperar a que me diga nada, entro y cierro la puerta tras de mí.
-¿Se puede saber qué quieres? -me dice sin mirarme, tumbada en la cama.
Respiro hondo, cuento hasta tres.
-Mira, Alai. Sé que tus amigos son muy importantes para ti. Pero también sé que no eres tonta, Nora no habla más que cosas buenas de ti, y yo confío en ella, así que tendrá algo de razón. Si quieres echarle la culpa de esto a alguien, échamela a mí. Yo fui a esa fiesta aunque sabía que algo malo iba a pasar.
Por fin, se digna a mirarme.
-Y esta no es mi casa, así que si quieres, haré las maletas.
Se sienta en la cama con la mirada y los hombros en tensión.
-¿En serio Nora dice cosas buenas de mí? -dice y no puedo evitar sonreír.
-Claro que sí. Eres su hermanita, no lo olvides. Hasta mi hermano mayor digo yo que dirá algo bueno de mí.
-En el último año -dice mientras se muerde una uña-, Nora ha cambiado muchísimo. Antes éramos iguales, por eso me he cabreado hoy tanto. Ella antes era como mis amigos. Pero antes de que se fuera a vivir contigo me empezó a decir cosas como que tenía que conocer a más gente y que no los mejores amigos son los amigos que conoces desde siempre. En plan filósofa Nora.
-Sí, ya sé cómo me dices -digo riéndome.
-Y hoy, mis amigos han hecho exactamente lo que ella dijo. Han pasado de mí por algo que ni siquiera he hecho yo. Y lo peor es que estoy en Italia, en una casa donde mis dos compañeras no me aguantan, con el armario lleno y rodeada de las mejores tiendas de moda. ¿Entiendes a lo que me refiero?
-Bueno, yo te estoy aguantando. ¿Qué te parece si te presento a esos chicos tan guapos que hay abajo? Igual no te caen bien, pero por probar... Además, así firmas la paz con Nora sin tener que hablar con ella.
-Supongo que sí. Pero no le digas a ella que hemos hablado nada de esto.
-Pinkie promise.
-Por cierto, ¿quién es ese chico tan guapo que la tenía abrazada?
Le miro y las dos nos reímos.

Cuando bajo las escaleras, todos están discutiendo si ir a cenar a un restaurante o al aire libre.
-¿Te apetece un restaurante, Blair? -me pregunta Niall con una enorme sonrisa.
-Si me invitáis, por mí genial.
-Paga Zayn, ha perdido una apuesta -todos se ríen y me siento como si me estuviera perdiendo algo.
-Entonces maravilloso, pero si me dejáis llevar una invitada.
Me quedo en el último escalón, y todos miran las escaleras mientras Alai baja sonriendo al suelo, roja de verguenza.

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